El uso prolongado de algunos tipos de lámparas fluorescentes compactas (CFL, siglas del inglés “compact fluorescent lamp”) a poca distancia puede exponer a los usuarios a niveles de UV próximos a los límites establecidos para proteger a los trabajadores de lesiones cutáneas y oculares. De ahí la crucial importancia de esa pequeña parte de radiación que nos llega del astro rey. El uso de tubos fluorescentes está muy extendido por su bajo costo en los ambientes domésticos, de trabajo y de estudio, y es unas de las causas de patologías ambientales en el edificio enfermo. ¿Qué efectos sobre la salud se han observado? Suponiendo el peor de los casos, la dosis anual de radiación UV proveniente de lámparas sobre la piel sería equivalente a la de una semana de vacaciones en un clima soleado. Cuando se hace un estudio de la calidad de la luz, aparte de los parámetros anteriormente expuestos, hay otros de mucha importancia a controlar y que normalmente no se tienen en cuenta, a saber: parpadeo de la fuente de luz, contaminación electromagnética generada por la electrónica de algunas luminarias y transformadores para reducir la tensión eléctrica. Las radiaciones visibles e IRA penetran en las capas más profundas de la piel y los ojos, y pueden alcanzar la retina. Para realizar cualquier actividad a pleno rendimiento, precisamos percibir una luz brillante, de intensidad mínima entre 800 a 1000 lux. Su diseño básico consiste también en un gas sellado en el interior de un tubo, pero hay muchas variantes. Los niveles de radiación disminuyen según aumenta la distancia a la lámpara. Con lo cual, con un simple luxómetro es imposible determinar el nivel de contaminación lumínica y por supuesto el nivel biodinámico de la luz. Sin embargo, estos efectos se deben a la perturbación del ritmo circadiano del cuerpo, independientemente del tipo de iluminación. Hoy el estado de la investigación en neurociencia permite afirmar que la luz es biodinámica, pues afecta profundamente al sistema endocrino y a través de él a todos los sistemas biológicos. ¿Cuáles son los efectos en personas que sufren enfermedades que les hacen sensibles a la luz? Pero la luz de espectro total también es precisa para que nuestra mente y nuestro sistema endocrino funcionen a pleno rendimiento, pues literalmente nos alimentamos de luz. Ocurre en una superficie muy pulida o lisas como un espejo. El ser humano creó hace tiempo la luz artificial quemando o calentando materiales, y hoy en día las velas, así como otras lámparas de llama, siguen siendo de uso común. Con una adecuada iluminación (sea natural o artificial), las personas pueden rendir más, mantener su estado de alerta, mejorar su sueño, influye en su estado de ánimo y por tanto su bienestar . La luz artificial se compone de luz visible y de radiaciones ultravioletas (UV) e infrarrojas (IR), y existe la preocupación de que los niveles de emisión de algunas lámparas puedan ser dañinos para la piel y los ojos. Los efectos de estas reactancias también los podemos observar en las interferencias radioeléctricas que producen, ruidos en las radios, en la pantalla de la televisión y en las comunicaciones inalámbricas. 10 beneficios increíbles de la luz Solar Aunque existan mucha campañas de prevención ante el daño que ocasionan los rayos del sol, no hay que dejar de lado por completo la luz solar en nuestras vidas, ya que de ella va a depender el correcto funcionamiento del organismo. Política de Cookies, Aunque existan mucha campañas de prevención ante el daño que ocasionan los rayos del sol, no hay que dejar de lado por completo la luz solar en nuestras vidas, ya que de ella va a depender el correcto funcionamiento del organismo. TIPOS DE LUZ ARTIFICIAL Luz Incandescente: tiene muy poca eficiencia (15% luminosidad, 85% calor). Las radiaciones UVC, IRB e IRC son las menos penetrantes. La principal son las bombillas o lámparas. ¿Cómo identificar las características lumínicas de una lámpara? El sol y las lámparas emiten luz visible y radiación invisible, como las radiaciones ultravioletas (UV) e infrarrojas (IR). La exposición prolongada a niveles bajos de radiación UV solo añade un porcentaje mínimo al riesgo de por vida de desarrollar carcinoma de células escamosas, pero podría incrementar ligeramente el número total de casos entre la población. Primero concentra toda la luz en un pequeño foco puntual (3-5 mm) y muy direccional que puede dañar directamente la retina, además la luz emitida es nociva para los ojos y para el sistema neurológico debido a que se trata de luz monocromática (anti-vida). También defienden que las medidas de protección, tales como cubrir las lámparas con una segunda envoltura disminuyendo así las emisiones UV, no son eficaces. Su difusión a manos de los gobiernos para reemplazar las viejas bombillas en pos de un mayor ahorro (siempre que se usara más de cinco minutos) solo consiguió agravar una situación que ahora se quiere revertir con las luces LED. La percepción de la luz brillante por la glándula pineal, reduce o inhibe la secreción de melatonina, la hormona del sueño nocturna, y proporciona al cerebro serotonina, la hormona de la actividad y la felicidad. La luz fluorescente utiliza la capacidad electroluminiscente del fósforo, y por el contrario produce una luz fría, de dominante verde-azulada, esta luz es deficiente en la franja azul-violeta y naranja-rojo. Primero concentra toda la luz en un pequeño foco puntual (3-5 mm) y muy direccional que puede dañar directamente la retina, además la luz emitida es nociva para los ojos y para el sistema neurológico debido a que se trata de luz monocromática (anti-vida). Conclusión: ¿Existen riesgos potenciales para la salud vinculados al alumbrado artificial. La exposición prolongada a los rayos UV del sol puede dañar la córnea y provocar cataratas, pero no es probable que el uso de luz artificial en condiciones normales tenga cualquier efecto negativo. El efecto de la luz en los pacientes con afecciones oculares que los hacen fotosensibles, varía considerablemente de una persona a otra, dependiendo de su composición genética. Más en inglés…. Las radiaciones UV e IR se pueden subdividir en función de su longitud de onda en bandas más estrechas: UVA/UVB/UVC para ultravioleta, siendo UVA la más cercana a la luz visible; IRA/CRI/CEI para infrarrojas, con IRA como la más cercana a la luz visible. Por ejemplo, las lámparas de halogenuros metálicos empleadas en la iluminación de estadios deportivos pueden suponer un riesgo si se utilizan a una distancia de 20 cm, pero su uso normal no supone ningún peligro. No hay pruebas consistentes de que la exposición prolongada a la luz azul a menor intensidad provoque lesiones en la retina. Por el contrario las modernas lámparas fluorescentes tipo FullSpectrum, con luz de espectro total, alcanzan la mayor eficiencia y ahorro energético, produciendo una iluminación de blanco puro, con todos los colores del arco iris. Según la zona a iluminar, conviene tener una temperatura de color u otra, en zonas de descanso como dormitorios interesa que la temperatura de color sea baja, con amplia representación de gamas infrarrojas, lo más parecido a un atardecer, así se prepara el organismo para las funciones que ha de realizar, las bombillas clásicas generan una temperatura color de unos 2.700 K, las halógenas también valdrían, luminarias led o fluorescentes no serían las más ideales para estas estancias.